Squid Game
Un momento que siempre tengo presente de cuando leí Bakuman, es cuando los dos protagonistas quedan perplejos ante el manga creado por uno de sus autores rivales. Los autores de Bakuman (Takeshi Obata y Tsugumi Obha) de forma ingeniosa, en cierta forma explicaban el “truco” que utilizaron al momento de escribir su anterior obra, Death Note.
El capítulo creado por este rival nos introducía a unos estudiantes de secundaria, donde, de un momento para otro y de la nada, se ven introducidos a una especie de juego tras la aparición de un ser “superior”, tan desconocido como místico. Esta competición en verdad era una especie de juego de supervivencia y luego, un tiempo después, aprendería que a este tipo de historias se las llama Battle Royale. Concepto que, básicamente, consiste en que un grupo de gente se mate entre sí hasta que una sola persona sobreviva y por ende sea el ganador de este evento.
La obra pionera de este “género” fue casualmente un libro llamado Battle Royale, japonés, por cierto. Esta obra (que luego fue adaptada a una película), derivó en varias otras creaciones basadas en este concepto de un juego de vida o muerte, por citar algunos podemos nombrar a: Alice in The Wonderland, Gantz, Mirai Nikki, Los juegos del hambre, etc. Ahora también, claro, Squid Game.
Por lo tanto, Squid Game sin inventar nada, utiliza un medio masivo como Netflix para llevar a un público (mayoritariamente) casual en lo que se refiere al consumo de media, algo que puede resultarles novedoso. Esto no tiene nada de malo, simplemente quería remarcar como este tipo de historias que tal vez puedan considerarse de “nicho” en otra época, toman ahora la primera plana, al ser adaptados en un formato accesible e invitante para el público general. Este tipo de obras que invaden las pantallas de la gente en todo el mundo suelen, de cierta forma, aprovechar de la novedad que su propio género disfruta. Sin ir más lejos, tal vez una de las series más exitosas (sino la más exitosa de la historia) es Game Of Thrones, una historia de fantasía épica, y dudo mucho que la mayoría del público haya pensado alguna vez en sentarse a ver una serie televisiva que contenga elementos mágicos o dragones. Claramente no se es exitoso simplemente por ser el primero en algo.
Entonces, ¿Cómo lo logró Squid Game? Simple. Viejo y conocido clickbait, del bueno. Un buen eye candy, que haga que en una persona nazca el impulso de darle al botón de play. Yo mismo vi la serie por este motivo, por la imagen de unos hombres con mascaras con figuras geométricas, colores vibrantes y mucho contraste. Además claro, el título, que lo hace a uno al instante preguntarse porque motivo una serie se llamaría el Juego del Calamar. Lo mejor de todo es que estas visuales llamativas no serán la excepción a la regla, sino que la serie en sí, mediante sus escenarios, principalmente pero no exclusivamente, funciona con está dinámica ajena a lo común.
Como contraparte, tiene tres puntos negativos o tal vez cuatro. El primero se conecta con el último (aunque en teoría sería el menos importante) y es que el protagonista es demasiado tonto como para darse cuenta de nada, tanto que puede dejar al espectador sorprendido ante su estupidez. El segundo punto negativo, bastante relativo, es que la serie utiliza su anteúltimo juego (uno de los mas arbitrarios) para apurar el pacing, deshaciéndose “rápidamente” de muchos de los personajes secundarios. El tercer punto es el de los VIPs, personajes demasiado cliché, que no aportan mucho a la trama y que simplemente están para explotar la figura del hombre rico que, como no tiene nada mejor que hacer, disfruta de ver sufrir a unos pobres diablos porque sí. Si bien no está mal per se, siento que no aporta mucho a la trama, más que un intento bastante básico de sumar a la trama esta idea de que el capitalismo nos explota, y principalmente que el poder y el dinero nos llevan a extremos que nos hacen olvidar nuestros principios. Y por último, el aspecto negativo que más golpea a la serie es su final.
No se entiende que es lo que quiso hacer el autor con el final. Por un lado, tira todo por la borda el desarrollo del personaje principal (que nuevamente demuestra que es más tonto que una roca). Deja pasar un año entero sin hacer nada por una depresión a raíz de que todo lo que vivió, sumado a la pérdida de su madre, olvidando todo lo que le prometió a su compañera sobre cuidar a su hermano. También olvida a su hija y a la madre de su amigo fallecido. No se explica que después de todo lo que vivió su mentalidad no cambió en nada. Pasado este año, donde no sabemos bien que hizo, el protagonista sale de su letargo al hablar con uno de sus ex compañeros (el anciano) que al parecer era el que estaba detrás de todo el juego. Da un par de motivos vagos, poco inspirados (ricos que están muy al pedo y vivimos en una sociedad) y que contradicen toda su persona hasta el momento, ya que siempre se mostró como alguien amable y copado, no se explica como ese viejito pudo haber estado detrás de todo eso. El viejo mas psicópata que existe. Luego, por si fuera poco, cuando el protagonista retoma todo lo que debería haber hecho (ayuda al hermano de su compañera y a la madre de su amigo), cuando está por ir a visitar a su hija (que aparentemente evitó ver durante más de un año) decide volver al Juego de Calamar, en forma heroica, para luchar en contra de la injusticia en la que los marginales como él se ven obligados a caer, sin entender muy bien cual es su plan.
En fin, no es tan malo como parece. Tiene toda una nueva temporada para dejar atrás a el personaje principal y su cruzada, a la vez que de los VIPs, para centrarse, simplemente, en nuevos juegos y personajes interesantes. Después de todo, es la serie que más recaudó para Netflix, por lo que la producción que puede desplegarse en una nueva temporada puede ser muy prometedor.
Violet Evergaden: The Movie
Primero hay que decir que es increíble a nivel visual, algo a los que ya nos tiene acostumbrados. Dicho esto, prosigamos.
El desarrollo de la película toma como soporte una de las historias (episódicas) de la serie, en que una madre enferma escribía cartas para su hija, para que en un futuro le fueran entregadas en sus cumpleaños una vez que ella ya no pudiera hacerlo. Ahora bien, si uno acepta que el principal drama (y todo en verdad) ocurre por el hecho fortuito de que el principal interés romántico de la protagonista sigue con vida, a pesar del hecho de que la protagonista lo considerase muerto a la larga de toda la trama, siendo su muerte (y sus -ya no- palabras finales) los que la motivaron en todas sus acciones futuras, y todo en general, desde su trabajo, actitud, enseñanzas y lo que sea. Creo que esto es el mayor punto débil de la trama, este recurso incomodo, sumado a que la relación entre Violet y Gilbert tampoco está muy bien desarrollado, más que todo por que este último no lo está. Fuera de este recurso conveniente de “revivir” un personaje para la practicidad de la trama, creo que la película sabe navegar su propuesta. Algo destacable es que la película no se pone demasiado dramática y cuando lo hace, lo hace con delicadeza, no empalaga tanto, algo común en una historia de este tipo.
Es definitivamente la entrega que mas me gustó y creo que logra condensar en la duración de la película, la identidad propia de la saga, logrando mechar un poco de todo, ya que cuenta tres historias en simultáneo: la de Violet y el comandante Gilbert, la de la hija que recibe las cartas de su madre póstuma y la de un niño que padece una enfermedad terminal y transcurriendo sus últimos días, acude a Violet para que le escriba cartas a su padre, madre y hermano, con el mensaje que quiere dejarles una vez que fallezca, ya que no es bueno para expresarse en vida.
Por último, si bien es algo simbólico es algo bien desarrollado, ya que no se explica mucho sino más bien se deja que el espectador saque sus conclusiones. Se respiran tiempos de cambios, la modernidad está entre nosotros y con ella se da la aparición de los teléfonos que pronto llevaran a la obsolescencia a la carta y por ende a la trabajo de las Auto Dolls, como en el caso de Violet. En los tiempos por venir, los trabajos de Violet, pasarán a ser meros recuerdos y anécdotas, su lugar de trabajo, un museo, y serán sus palabras, a través de sus cartas, que llevan mensajes e intenciones, las que perdurarán mientras esos manuscritos sigan presentes.
Creo que si bien nunca fui muy fanático de la saga, es de lo mejor del catálogo actual de Kyoto Animation (muy flaqueado por cierto, en comparación a sus años anteriores), y en particular esta película que le da un final a esta saga, cerrando la historia de Violet por lo alto.
Sonny Boy (TV)
Tal parece que Sonny Boy fue un cheque en blanco para que Shingo Natsume hiciera lo que se le ocurra. Y así fue.
Sonny Boy terminó siendo una de las series visual y narrativamente más originales que hayan salido en los últimos años. Una historia minimalista, que sirve más como un frame para contar, si bien el arco de desarrollo de los personajes principales, algunas historias contenidas y aisladas, auto conclusivas. Todo muy referencial y metafórico, pero bien, porque aún así logra ser entretenido, en gran parte por este velo de desconocimiento que cubre todo, transformando la serie en algo más bien abstracto, llegando a tal punto que es hasta algo difícil definir de que trata la historia en sí. Por lo que se, ni el mismo Shingo Natsume sabía bien hacia donde llevar el guion, sino que lo fue inventando mientras dirigía. Aunque no es común que un director lleve su obra de esta forma (algo que no necesariamente es malo), este aspecto y otros más que permean Sonny Boy, lo hacen tan llamativos y vistosas como producto. Después de todo en este tipo de obras originales, son donde más se suele ver la libertad creativa a nivel visual y de guion.
Si bien este tipo de animés originales (o como diría un cinéfilo, de auteur o de autor) está en franca disminución en años recientes, me gusta que Studio Madhouse se haya comprometido con tal proyecto. Ojalá este sea el primero de muchos.
Recordemos que Madhouse contó entre sus principales fundadores con Masao Maruyama, un legendario productor que empezó a trabajar en la industria en Mushi Production, el estudio fundado por Tezuka. Fue Maruyama, luego de la disolución de Mushi, el que fundó Madhouse con la idea de hacer series experimentales y copadas, que se centren en la visión de sus directores. Madhouse se convertiría en la plataforma de despegue para muchos de los grandes nombres de la industria en la actualidad, tales como: Masaki Yuasa (Tatami Galaxy, Devilman CryBaby), Satoshi Kon (Paprika, Tokyo Godfathers), Hiroshi Hamasaki (Steins Gate), Tetsurou Araki (Shingeki No Kyojin), Mamoru Hosoda (Wolf Children), entre varios otros. Luego Madhouse sería comprado en 2011, perdiéndose gran parte de la libertades creativas que caracterizaron al estudio desde sus orígenes. A raíz de esto, se dio una gran fuga de directores a otros estudios ya existentes o nuevos, por ejemplo, Yuasa creó Science Saru y Hosoda creó Studio Chizu. Por su parte, el incansable Maruyama, aprovechando lo oportunidad que se le presentaba, optó por volver a empezar e hizo lo que mejor sabía y fundó un nuevo estudio, Studio Mappa (Maruyama Produce Projects Association). El resto es historia.
Creatividad visual, excelentes colores. Todo muy vibrante y llamativo. Historias abstractas que llegan al punto de ser confusas. Aún así logra un buen cast de personajes principales, con un vinculo amistoso muy bien logrado. Creo que el anteúltimo capítulo, sobre todo, es excelente.
El inico de Sonny Boy está muy bien logrado. Da inicio al clima de misterio que se sostiene hasta el final, un clima de intriga interesante que nunca explica del todo que es lo que estamos viendo. Hay capítulos que van desde “no entendí nada” a cortometrajes muy bien realizados, que cuentan con formas muy originales de plasmar una idea o concepto. El final es realmente bueno y lo describiría como realista (con niveles de realismo pocas veces visto, comparable con algo como Bojack Horseman). Sí, una palabra algo extraña para una serie algo extraña.
Película 1 de Naruto: “Batalla ninja en la Tierra de la Nieve” (2004)
Por algún motivo me fui llevado a ver una película de Naruto, y empecé por la primera. Fue una grata sorpresa.
Es una historia tipicamente narutera, de relleno clásico, al equipo 7 se le asigna una misión en algún país remoto, allí Naruto se ve entrelazado con un personaje femenino (con algunos problemas de conducta) que tiene algún backstory trágico, y en el presente cuenta de un puñado de enemigos que quieren causarle algún daño. Naruto será el que finalmente la salve, a la vez que, mediante su excéntrica personalidad, causa un cambio en el personaje, desembarcando en un final feliz.
No remarco esto como algo negativo, para nada, solo describo los marcos en los que se suele mover la obra de Kishimoto. No está mal algo simple de vez en cuando, mientras se lleven las cosas de forma honesta. En este momento del manga, Kishimoto no sabría a donde derivaría la historia, por lo que su visión era más sencilla y directa, una historia básica con escenas de pelea bien animadas.
Y para su suerte, en este aspecto cumple, ya que la película esta excelentemente animada, hasta el punto que sorprende que sea del 2004, ya que tranquilamente podría pasar por algo actual.
Los enemigos son bastante unidimensionales, al igual que las participaciones Sakura y Sasuke, en el caso de Kakashi la cosa mejora un poco pero no tanto. Las peleas finales se rushean demasiado, dejando la pregunta: “¿si era tan fácil ganarles, por qué no lo hicieron antes?”.
De todas formas, cumple con lo que promete. Es entretenida.